El control del error Montessori en las actividades con personas mayores

La metodología Montessori tiene como uno de sus principios fundamentales el principio de autoeducación. Desde esta autoeducación se busca la máxima independencia de la persona para que haga las actividades sin la intervención de otra que la vaya guiando, marcando el ritmo e incluso, corrigiendo. El objetivo de esto es empoderar ante las actividades con la idea de “puedo hacerlo solo”, lo que repercutirá en el mantenimiento de la autoestima y evitará sentimientos de frustración que llevan a la desmotivación.

El control del error Montessori es un mecanismo de las actividades Montessori que hace que el niño se dé cuenta de cuándo se ha equivocado, sin necesidad de que el adulto le diga que se ha equivocado. El niño así es independiente a la hora de hacer la actividad y puede aprender de su error, corrigiéndose por si mismo, hasta lograr que el aprendizaje de la tarea.

En la infancia, el control de error Montessori tiene como objetivo que el niño integre los errores como parte del aprendizaje, con naturalidad, sin juicios por ello (ni halagos ni castigos), ya que si es natural en el aprendizaje, no tendría por qué premiarse ni castigarse de ningún modo. Así, el niño se hace responsable de su trabajo y le damos la oportunidad de autorregularse ante esos posibles fracasos.

 

¿Y al trabajar Montessori en personas mayores?

Cuando trabajamos con personas mayores a través de la metodología Montessori, también proveemos de actividades con ese control de error, con el objeto de conseguir varios objetivos:

  • Estamos trabajando con personas adultas, por tanto, dotar de esta posibilidad de hacer frente a una actividad de forma independiente va en la línea de tratarlos como adultos que son.
  • Al dar la posibilidad de esa independencia, de modo que puedan comprobar por sí mismos si están logrando hacer la actividad con éxito, reduce muchísimo la sensación de frustración que pueden sentir cuando un acompañante les hace conscientes de que se han equivocado y se les corrige.
  • Al reducir la frustración, hay menos probabilidad de que se pierda la motivación por las actividades. Al contrario, se favorece esa motivación intrínseca, que es la que proviene de uno mismo al ver que tiene logros, solo por la satisfacción personal de conseguirlo, no por la aprobación o desaprobación externa.
  • Al potenciar esa independencia, estamos colaborando a que mantengan sentimientos de autoeficacia, de capacidad y por tanto, a mantener su autoestima.
  • Cuando la persona puede trabajar de forma independiente con este mecanismo de control de error, de modo que ella misma puede probar diferentes estrategias, puede comprobar su ejecución, cambiarla si ve que así no está funcionando hasta conseguirlo, ayudamos a mantener la autorregulación emocional ante el error.
  • Permitimos que la persona esté plenamente concentrada en su actividad, ya que no hay nadie externo que la interrumpa con esa comprobación o llamada de atención sobre su ejecución.
  • Ponemos el énfasis en la importancia del proceso de la actividad y no tanto en el resultado final, ya que mientras la persona está realizando la tarea, aunque el resultado no sea el esperado, está estimulando su cerebro y potenciando sus habilidades.

 

Tipos de control de error Montessori para mayores

El control intrínseco del material: Este mecanismo de autocorrección es el que tienen las actividades que sólo hay una forma de realizarlas. Es el que hay en los puzles o encajables. Podemos darnos cuenta de si la pieza no encaja porque sobra espacio, o por el contrario, no es posible meterla. Sólo hay una forma de encajarla y que el encaje sea perfecto. También en todas las actividades de ensartar: la pieza se ensarta o no, entra o no. Por ejemplo el ensarte en ábacos, ensartar en agujeros o en ranuras… Las actividades de motricidad fina tienen este control de error.

Puzles Montessori

 

 

 

Actividad de ensartar

Existe el número exacto de piezas/material que debe haber, ni más ni menos: Este mecanismo lo podemos poner en todas las actividades en las que haya que repartir. Por ejemplo, si tengo 12 huecos para colocar 12 objetos, deberá haber 12 objetos. Si tengo 3 recipientes con fondo amarillo y 3 con fondo azul, deberá haber 3 objetos amarillos y 3 rojos, ni una más ni una menos, porque entonces generamos incertidumbre sobre si faltan objetos o los hemos colocado mal. Las cajas de husos Montessori llevan este mecanismo de control de error. En ellas hay que echar un número indicado de objetos en diferentes huecos. Al terminar la actividad, no debe sobrar ni faltar ningún objeto después de haber echado en los huecos los que nos indicaba el material. Otro ejemplo es en las actividades de “verter”. Si hay que repartir líquido u otro material, como legumbres o arroz, en varios vasos en los que nos indica la medida exacta a echar, en el recipiente inicial donde está todo el líquido o material debe de haber esa cantidad exacta, de modo que al terminar de repartirla no sobre ni falte.

Actividad de “coger”

Caja de husos

 

Tablas de control: Son tablas de comprobación que permiten ir comparando con lo que se ha hecho. Por ejemplo, como en el tablero del 100, donde se puede comprobar en la tabla de control si se han colocado los números en el lugar correcto. También tienen este tipo de control de error las nomenclaturas Montessori, ya que las partes de las nomenclaturas vienen acompañadas de un librito que lleva todas las partes juntas, de modo que se puede comprobar si se han unido bien.

Tablero del 100

Nomenclatura Montessori

Sensorial: El error de ve, se palpa. Por ejemplo, si la tarea es limpiar, se ve si se dejan huellas, o se dejan restos. Si hay que echar líquido o pan rallado, arroz… y se derrama algo fuera, se ve y se puede limpiar o recoger. Si en un bote hay que echar piezas rojas y al volcarlo, hay una azul entre las rojas, se ve claramente. En general, la mayoría de actividades de vida práctica llevan este control de error.

Actividad de “clasificar”

Actividad de vida práctica

Actividad de “verter”

Hay un elemento del propio material que hace de control de error, como en el caso de la torre rosa, escalera marrón, barras rojas o barras numéricas, donde el elemento de control es la pieza pequeña, de modo que sirve de medida para comprobar la ejecución.

Barras numéricas

Números o símbolos que agrupan parejas o categorías iguales. En este caso, se pone un lugar no visible del material un número o un símbolo que nos indica si hemos emparejado o agrupado bien, ya que la pareja o el grupo que forma la categoría deberán tener el mismo número o símbolo. Por ejemplo, en los cilindros de sonido, los botes que son pareja tienen el mismo número debajo del cilindro (se ve al darle la vuelta y mirarlo por debajo). Si hay que categorizar en dos grupos, por ejemplo, hacer una categoría de caras que reflejen alegría y otra categoría de caras que reflejen tristeza, las de una tipo se puede poner por detrás un gomet rojo y en las del otro tipo, se le puede poner azul.

Cilindros de sonido: Imagen extraída de http://www.lauraestremera.com/2016/03/cilindros-de-sonido-diy.html

Secuencia de pasos como checklist. Será una forma de indicar a la persona los pasos que debe dar para realizar correctamente una tarea cuando sea importante seguir un orden determinado. Este control de error sirve como ayuda en la ejecución, pero también como forma de comprobación. En este caso, se puede ir punteando o tachando los pasos que se vayan dando en orden. Por ejemplo, los pasos para meterse en el correo electrónico, los pasos para poner el horno o los pasos para hacer una comida.

Plantillas de ayuda parcial para realizar una tarea. Hay actividades en las que podemos dar una ayuda en forma de plantilla, de modo que le pueda servir a la persona para llegar al resultado esperado. La persona puede “copiar” de la plantilla o puede hacer la tarea “encima” de la plantilla. Por ejemplo, si la persona tiene dificultad en poner los elementos de la mesa en un orden adecuado, se le puede ofrecer una plantilla sobre la que hacer la tarea. Estas plantillas también se usan en las actividades para trabajar la capacidad visoespacial y visoconstructiva. Por ejemplo en las extensiones de la torre rosa o la escalera marrón, en todas las actividades con mosaicos, tipo tetris o tangram. En los cubos del binomio y trinomio aparece este control de error, que está dibujado en la tapadera de los cubos. En estos casos coincide esta ayuda con el resultado esperado.

Actividad Montessori de poner la mesa: imagen extraída de https://www.montessoriencasa.es/poner-la-mesa-setting-the-table/

Mosaicos

Cubo del binomio

Poner el resultado final esperado acompañando a la actividad. En este caso, la persona debe elaborar su propia estrategia para llegar a un resultado final, que es el que se ofrece como control de error. Por ejemplo, al realizar un puzle o una maqueta, normalmente disponemos de una foto o dibujo final. También, en las cajas de triángulos constructores, que vienen con una pieza que es la forma que se espera obtener al final de la actividad.

Rincón Montessori

 

El control del error fomenta la independencia y la autonomía en la actividad, de modo que es la persona mayor la que se da cuenta de si está haciendo bien la tarea. Ella decide si cambia la estrategia y cómo la cambia hasta que le sale. Esto tiene especial sentido cuando son personas que tienen sus funciones intelectuales perfectamente conservadas o si existe un deterioro cognitivo inicial o moderado. Cuando una persona tiene un demencia más avanzada a veces no es capaz de darse cuenta de los errores. Por tanto, menos sentido tiene el corregirlos para hacerlos conscientes de ellos, ya que el coste en sufrimiento de esa toma de conciencia sería más perjudicial que beneficioso. Entonces, en estos estadios más avanzados de demencia las actividades son muy diferentes a las que se recomiendan para los estadios iniciales o para personas sin deterioro, puesto que el objetivo en estas fases es muy distinto. En las fases más avanzadas, cobrarán relevancia las tareas para ser independientes en las actividades básicas de la vida diaria. Serán tareas que trabajen estas habilidades y en las que el control de error estará intrínseco a la actividad en sí, será sensorial o incluso no habrá una forma incorrecta de hacerlo. Por ejemplo, si la persona hace un centro de mesa con flores, podrá resultar más o menos estético, pero no habrá forma incorrecta de hacerlo.

Actividad de arreglo floral

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